El palacio de la Princesa o palacio de la Ñusta
La compleja estructuración de la sociedad inca definió varias clases sociales que incluso influyeron en las altas esferas aristocráticas. De ahí que no todos los miembros de la nobleza poseyeran los mismos privilegios, pues estas distinciones eran otorgadas según el linaje. Los Ayllus Reales representaban por tanto a la nobleza de sangre que estaría así constituida por los descendientes directos del rey y que fueron denominados como Panacas. Esta clase social comprendía a la reina o Colla, las princesas desposadas o Pallas, los hijos de la nobleza de sangre y las Ñustas o princesas no desposadas aún.
Machu Picchu se ha considerado como lugar santuario para la civilización inca que, según los estudios de expertos antropólogos e historiadores, podría haber servido para dar asilo a las princesas vírgenes del imperio conocidas como princesas del sol o Ñustas, tras la llegada de los conquistadores españoles. Estas teorías se basan en el hecho de que las excavaciones arqueológicas han descubierto que la mayoría de los restos humanos encontrados en las cámaras de enterramiento pertenecían a mujeres.
El palacio de la Ñusta se encuentra situado en el mismo conjunto arquitectónico donde se emplaza el Templo del Sol por lo que llegó a ser considerado parte del templo y no como una edificación con carácter propio independiente. Sin embargo, los expertos encontraron una muy estrecha relación entre el Palacio de la Ñusta y el Templo del Sol debido a que el palacio no era solo un edificio anexo al Templo del Sol, sino que destacaba por ser una edificación realizada mediante laboriosos y refinados métodos de construcción, técnicas que eran reservadas solo para las más importantes edificaciones de la ciudad. El hecho de estar anexionada al Templo del Sol le ha otorgado muchas otras denominaciones con nombres como Casa de la Ñusta o Claustro de la Ñusta.
El edificio, claramente, tuvo un carácter muy especial para la civilización debido al fino trabajo de mampostería que se puede apreciar simplemente al observar la entrada que da paso a la cámara. La cámara fue proyectada para albergar la residencia de alguno de los miembros más importantes de la aristocracia de la ciudad, por lo que los expertos en antropología, al proseguir más exhaustivamente con sus investigaciones, llegaron a la conclusión de que ésta habría sido sin duda el lugar de residencia donde se hospedaba a la sacerdotisa, pues los sacerdotes poseían un estatus social dentro de la aristocracia de la sociedad inca muy elevado. Sin embargo, no se ha descartado la teoría de que este edificio habría sido designado como la antecámara para hospedar a las princesas que habrían de formar parte en los diferentes rituales y sacrificios de la cultura inca.
El palacio de la Ñusta o palacio de la Princesa se levantó en dos plantas, construido mediante un conglomerado de rocas macizas finamente talladas para facilitar así el asentamiento del edificio a la vez que mostrase una excelente calidad en las labores de construcción. A través de un pequeño pórtico situado en el plano alto del palacio, se puede acceder directamente a una antecámara que seguidamente comunica con el torreón del Templo del Sol. Sin embargo, se ha deducido con el tiempo que esta puerta habría sido una ventana y no una puerta, debido a la similitud con otra pequeña ventana cuadrilátera que el palacio posee, desde donde se pueden observar los diferentes balcones del Machu Picchu.