La Plaza Sagrada
La Plaza Sagrada ha sido designada como el centro político-social del sector urbano. Se encuentra rodeada, o mejor dicho, compuesta por el Templo Principal, el Templo de las Tres Ventana y el Intihuatana (símbolo religioso representado por un aerolito labrado en roca maciza), aunque también asienta a la Casa del Sacerdote y al Templo de la Luna. Rodeada por terrazas, éstas no fueron destinadas al cultivo, como se cabría esperar, sino que fueron diseñadas para acoger al gran número de asistentes presentes en todas las distintas celebraciones y festejos de la ciudad.
Con motivo de dichas celebraciones, las infraestructuras de la ciudad presentan toda una organización donde se da cabida a estos eventos, mediante la construcción de una serie de plazas que albergarían a un gran número de afluentes a estos rituales y celebraciones, algunos de carácter más importante para la ciudad por estar fuertemente ligados a las deidades de la civilización.
En la ciudadela de Machu Picchu se pueden apreciar dos grandes plazas que fueron destinadas a la celebración de estas ceremonias y rituales, aunque cabe destacar que la más importante sin duda fue la Plaza Sagrada o Plaza Principal del Machu Picchu. Varias excavaciones por parte de la comunidad científica de antropología han recogido evidencias y restos arqueológicos que han demostrado sin duda que esta plaza estuvo destinada a albergarlos diferentes rituales sagrados.
Los restos de los edificios que aún se pueden contemplar en sus ruinas han corroborado que la civilización inca realizaba con bastante frecuencia toda una serie de celebraciones rindiendo culto a sus divinidades, las cuales venían representadas por los astros.
La Plaza Sagrada fue el conjunto arquitectónico de mayor importancia para el Machu Picchu debido a su excelente localización, ideal para la práctica de las diferentes doctrinas de la cultura en una infinidad de campos tales como astronomía, astrología, topografía, geología, matemáticas, física y otras muchas otras disciplinas científicas. Sin embargo, la práctica de todas estas distintas doctrinas científicas tenía una sola empresa y todos los estudios se inspiraban en torno a la rigurosa devoción religiosa a las distintas deidades incas. La Plaza Sagrada se encuentra en una de las más óptimas localizaciones del valle pues los expertos aseguran que dicha localización fue escogida con el propósito de aprovechar al máximo todo lo que el emplazamiento ofrecía; su proximidad a algunas de las más importantes fuentes de recursos naturales como las canteras de piedras, facilitó la creación de tanto la Plaza Sagrada como de los edificaciones que conforman ésta, edificios los cuales poseían los trabajos más pulidos de arquitectura de toda la ciudad y los cuales no habrían podido ser construidos si la cantera más grande del valle no hubiera estado localizada en las cercanas inmediaciones de la Plaza. Así mismo, su elevada cota proporcionó el punto óptimo para la práctica de las diferentes doctrinas tanto científicas como religiosas que esta civilización cultivaba, por lo que se puede entender que la Plaza Sagrada fue sin duda el observatorio astronómico de la ciudad.